Antes de comenzar la restauración de una imagen, reliquia o utensilio, es necesario averiguar ciertos aspectos que lo identifican para tal efecto. Me llamó la atención la historia de este caballero, que vivió en carne propia las bajesas, maltratos, intereses políticos y religiosos experimentadas por las autoridades de una Iglesia ambiciosa, perturbadora y desgastada en la época de las caballerías, las cruzadas.
Lo singular de toda esta historia que Juan de Matta poseía el poder necesario para denunciar estas aberraciones, pero adoptó el poder del amor, la caridad y dedicó parte de su vida a rescatar a los cautivos sobrevivientes de estos enfrentamiento y luego por más de cuarenta años se ofreció a la oración y contemplación en los bosques franceses como anacoreta e instructor de una nueva Orden, la de los Trinitarios.
Lo singular de toda esta historia que Juan de Matta poseía el poder necesario para denunciar estas aberraciones, pero adoptó el poder del amor, la caridad y dedicó parte de su vida a rescatar a los cautivos sobrevivientes de estos enfrentamiento y luego por más de cuarenta años se ofreció a la oración y contemplación en los bosques franceses como anacoreta e instructor de una nueva Orden, la de los Trinitarios.
La imagen confeccionada en el Perú en la década del sesenta, presentaba un leve deterioro superficial y se le había desprendido en su mano derecha el dedo meñique que soporta el peso de la vara de madera que se adosa a la imagen.................................
Fueron corregidas las imperfecciones en yeso por Don Juan Araneda.
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Se procedió al desbaste de la imagen, por el arsenalero mayor Don Víctor Cid......................................
Corregida y desbastada la imagen se procedió al pintado, adoptando los colores del atuendo de la Orden de los Trinitarios.
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